26 de diciembre de 2008

PERGAMINO XV


Saludos/as a/o todos/as los/as lectores/as. Hace tiempo que no escribía, pero siempre me estoy enfrentando a mi peor enemigo, el tiempo. Espero lograr vencerle para escribir más a menudo, aunque seáis uno/a o ninguna/o los/as que me lean/on.
Hace tiempo leí una frase que me gusto mucho,

“La vida es un sueño del que despertamos al morir” Virginia Woolf

quise hacer un relato decente, pero el tiempo me ha vuelto a joder, así que, hago un microrelato

Moler.. . ...


DESPERTAR


Despierto, todos mis músculos están medio agarrotados, sin embargo, no puedo moverlos, quiero, pero no puedo. Me cuesta horrores planear un solo movimiento y mis músculos parecen no obedecerme. La cabeza sigue alterada y revuelta por los sueños, pero en cambio, mi consciencia parece ausente, esta distante, apartada creo que tras este largo sueño esta retirada. Procuro concentrarme pero mi mente sigue confundida por tantos sueños y tantas pesadillas. Los sudores fríos con los que acostumbraba a despertarme han desaparecido. Me siento bien o eso es lo que mi mente me hace creer, la conozco bien y creo que esta vez me esta intentando engañar, mi cuerpo parece lejano Es verano, pero siento un frío fuera de lo común, un frío que este planeta jamás a conocido.

Recuerdo vagamente todos lo sueños que he tendido durante esta larga noche vienen a mi oxidada memoria en golpes de imágenes, los recuerdo, los añoro, los odio, algunos se refugian en lágrimas, otros con bienestar se hacen recordar, incluso con risas. Los recuerdo, pero ellos se retiran con paso firme y ligero, debería llorar, pero se que no es al distancia lo que mide la lejanía, creo que ninguno de mis recuerdos me van a olvidar, siempre estaré para ellos, sin asustarme, sin atemorizarme. Por eso me río, mas mis carcajadas están apagadas. Nadie puede escucharlas, algo de miedo parece querer aflorar dentro de mí pero ni siquiera puedo asustarme. Quiero llorar pero las lágrimas ya no son mis inquilinas favoritas. Todos mis sentimientos parecen lejanos, están aislados y se alejan cada vez más, ya no desean visitarme. No se como sentirme, ni las lágrimas me van aliviar. A pesar de ello, todo esto me resulta familiar, por eso no me puede asustar, incluso más tranquilo de lo normal estoy, esta es ahora mi realidad, es dura y asimilarla me va a costar. Por fin consigo hallar algo de tranquilidad, después de 72 años vuelvo a despertar.

5 de diciembre de 2008




PERGAMINO XIV

Saludos estimados lectores, Saludos Isa, Miguel, y a ti también Gondra. Hace tiempo que no ponía nada, y es que, he tenido un mes fatídico encuanto a inspiración se refiere, suena extraño pero asi ha sido. La verdad es que no tenía tiempo, ganas, ni casi ideas para poner nada. Se me habían ocurrido una par de ideas para relatos, pero empecé a escribir y no me salía nada decente. Y bueno, esta última semana pues he estado escribiendo poemillas que realmente me han gustado. Espero que a vosotros también. Gracias por seguir leyéndome, si es que seguís y si no también. Prometo intentar actualizarlo más a menudo, un saludo amigos.

Moler.. . …





“Caminando”


Tap..tap..tap

Caminando
…..
Tip..tip..tip
….

Caminando

Caminando hacia un destino incierto
Por la senda de árboles despiertos
Dónde no hay sitio para los perezosos
Que exprimen con paciencia los segundos ociosos
Caminando por el camino solo en mente palpable
Por donde bellos harapos lo hacen transitable
Donde solo pasean con cautela los osados
Que danzan en aceras con pasos marcados
Caminando oculto tras el humo verde
Por donde jamás transitaron los insoldables trenes
Donde las mañanas son desiertos mermados de arena
Que al cielo todopoderoso lloran sus penas
Caminando hacia un confortable afán de lucro
Por reírme de las miserias de las que huyo
Donde las tardes se transforman en batallas de zapatos
Que cantan e iluminan a los más bravos

Caminando
……..

Caminando
…….

Caminando el camino ya caminado
Caminando el camino por caminar
…….

Caminando caminé por el camino
Caminando camino por el camino
Caminando caminaré por el camino

Tap..tap..tap
…….

Caminando

……….


Caminando mientras discuto con las baldosas rotas
Veo brazos tétricos por donde se escapan las hojas
Oigo luces de colores que perdieron la dignidad
La apostaron y no la pueden recuperar
Los árboles mermados de vida por tristes tormentos
Que tejen con mesura las telarañas de mis pensamientos
Las hojas que se dejan escapar de entre las ramas
Que se van malhumoradas a tierras lejanas
Siento la oscuridad que me envuelve con su túnica
Escucho los violines de alma lúdica
Escucho con sosiego el ajetreo de pisadas
Que pasan con rapidez queriendo no decir nada
Las tejas voladoras anidan en tejados vacíos
Emigrando de ciudades con eternos veranos estíos
Cubriendo con dulzura casi milimétrica los hogares
Resguardando las sombras en laberintos habitables

……..
……..
Caminando
……
…..
Caminado hacia delante
Caminando rápido
Caminando despacio
Caminando sin mover los pies

Tap…tap…tap

……

Caminando desde mi sofá
Veo el atardecer de las langostas fogosas
Contemplando la negrura con cierto estupor
Escuchando bailar a los sonidos vestidos
De entretiempo con los más juglares ropajes
Cercano a mí paladeando un amargo rubor
Que abraza con ingenuidad mi buhardilla abandonada
Que esta revuelta y turbada, por el amor destartalada
Sintiendo sentado la áspera espera
Que hace que los segundos se arrastren con pudor
Delante de la espera letal del marchito tiempo
Forjándome más anciano en cada intento
En mi rincón alimentándome de cantos y llantos
Tejiendo con aguja de afecto un armadura contra el dolor
Que me hace vagabundear por rutas ocultas
De un lugar donde que no alcanzan los minutos

………..
………..
Caminando
…….


Caminando por la vía
Caminando por la senda
Caminando por la calzada


Caminando por la senda no dibujada
Caminado solo
…………

Caminando
…..
Tap..tap..tap

21 de octubre de 2008

PERGAMINO XVIII

Saludos fieles y escasos lectores de mi blog. Un relato sobre un tema que siempre llama mi atención y del que habrá más espero, las drogas. Pero no os preocupéis todavía no me en documentado probándolas. Lo que ha salido es fruto Demi propio cerebro, al cual creo que no le hacen falta drogas las sabe generar él solo. El título se me ocurrió al ver un cartel de “se traspasa tienda” y empecé a pensar como sería una vida en la que se traspasasen cosas no palpables, como el alma.

Moler.. . ...





Se traspasa Alma


Lo último que recuerdo es de doblar la esquina con gran rapidez, corriendo, sin volver la vista atrás. Estaba en un auténtico sprint, con un bolso en la mano, que obviamente, no era mío. No consigo recordar mucho más en un mar de reminiscencias nubladas. Ahora tengo una goma en mi brazo, ejerciendo el trabajo como un torniquete y una jeringuilla en la mano. Estoy en casa de mi “socio”, apunto de chutarme una vez más. Los recuerdos, antaño nublados, volvían a mi mente una vez más. Comenzaba a recordar, en mi mente se abrían claros y era más fácil ver con claridad lo que había sucedido. Estaba yo esperando, inquieto y nervioso, fuera de la puerta del banco. Vi salir a una señora mayor, que estaba metiendo un sobre en su bolso. Miré con torpe y ausente disimulo a ambos lados, tiré al frío suelo el cigarro a medio fumar, y salí detrás de ella. Recorrí unos 20 metros detrás de ella, pensando en mi plan. Correr, pegar un tirón con fuerza y hacerme con el bolso. Decidí no pensar en las posibles consecuencias, necesitaba el dinero y eso era lo importante, lo esencial, en esos momentos poco o nada me importaban la salud de una anciana. Lo importante era yo, mi persona y nada ni nadie más. Intenté calmar como pude mi ansiedad y mi pulso, tenía el corazón jugando con mi garganta a punto de salir de mi boca. No me lo pensé dos veces y actué, empuje con fuerza a la señora y me hice con el bolso, acto seguido, sin dejar que los segundos se apoderasen con su fuerza del tiempo, salí corriendo a más no poder. Ahora ya recuerdo todo y vuelvo a mis sueños, felices, tranquilos, los sueños relajantes que tanto me gustan.

Despierto entre la basura, desorientado y muy cansado. Tenia la boca pastosa, dolor de cabeza, la tripa me dolía una barbaridad, estaba en una situación de intenso dolor, casi indescriptible. Mi cabeza me daba vueltas y a duras penas conseguía recordar el pasado. Pero pensé que como en tantas anteriores ocasiones después del chute mi “socio” me echó a la calle. Me levanto, a pesar de no saber donde me encontraba, me las arreglé para llegar a mi casa.

Entro directo en mi cuarto y encendí mi equipo de música. Pongo un disco de Comus a todo volumen, precariamente me deshago de mis ropas hasta desnudarme por completo. Escribía algo en un bloc verde que tengo junto a mi mesa mientras tarareaba esas viejas canciones, acto seguido me tiré en la cama a esperar a que me volviese el mono.

Me despierto entre los más fríos sudores jamás conocidos en la tierra, vomitando, con un sabor a derrota en mis agrietados labios. Entreabrí los ojos, mitad lagrimosos, mitad legañosos. Vislumbro una inocua y gris realidad delante de mí, era mi insulsa habitación que se enfrentaba a mí con aires de superioridad, mi habitación, la cuál, se tornaba más oscuro por momentos, se había convertido en refugio y prisión al mismo tiempo. Me levanto tiritando, jadeando de un cansancio que no me correspondía, me limpié los anclados restos de babas y vómitos de mi cara. Temblando por el frío y el miedo fui al lavabo, abrí el chorro y puse la cabeza bajo la gélida agua. Al ir pasando los minutos, empecé a “despertarme”, por lo que parecía ser, iba controlando el mono poco a poco.

Salgo del dormitorio en busca de un desayuno, caliente, que me recuperase un poco más. Al no disponer de microondas, ya que lo vendí para comprar droga, calenté la leche en la vitrocerámica. Añadí después un poco de café y unos rancios cereales, que eran los únicos habitantes comestibles de mi humilde cocina. Tras ingerir los cereales me recuperé casi del todo, temía, muy a mi pesar, que jamás me recuperaría por completo. Aunque era muy triste lo tenía ya de sobra asumido. Como tampoco tenía televisión, por culpa de las drogas, una de mis diversiones para pasar el mono era contemplar el mundo desde la protección de mi ventana. Ponía una silla junto a la ventana, abría una bolsa de patatas, siempre que las tuviese en posesión, este no era el caso, y me dedicaba a contemplar todo. Los edificios, la gente, el cielo, los árboles, las baldosas… contemplaba cualquiera cosa capaz de despertar mi interés y hacerme olvidar mi adición.

Habían pasado un par de escasas horas, busco ansioso dinero de anteriores robos o estafas en mi habitación y me marcho a dar una vuelta por la ciudad, para conseguir otra dosis, con suerte, tendría dinero para dos. Inquieto y taciturno, paseo por las calles, ajenas y olvidadas en el paso del tiempo seguían impávidas a mí pasar. En cambio, me sentía observado por el resto del mundo, notaba, casi palpaba sus acusadoras miradas, sus delatoras ojeadas, y me podría imaginar sus calumniosos comentarios. A pesar de la costumbre de esta situación casi a diario, no me terminaba de amoldar del todo y me ponía nervioso. Mi pulso se aceleraba, mi cuerpo era invadido por delatores temblores e incontrolables espasmos. En momentos así solo deseo huir, escapar de la triste realidad a la que estoy engrilletado, dejarlo todo atrás y no volver jamás. Solvento escapar de su enjuiciamiento no verbal, voy por zonas desiertas, olvidados de la civilización nuevos callejones crecen ante mi presencia. Engaño de la ciudad para la gente normal, sorteo sus miradas acusadoras y llego a mi “paraíso”.

Voy hacia una zona marginal de mi ciudad, para pillar otra dosis. Me encontraba ante al presencia de una maraña de muros, suciedad y desesperación. Un laberinto creado por el hombre para evitar la contaminación que producimos los drogadictos. Voy en busca de unos “amigos” para comprarles mi dosis. Veo basura en el suelo, restos de comida, plásticos y papeles, veo, además alguna jeringuilla en el suelo, lo que fue un momento placentero de su consumidor. Avanzo unos pasos más, veo a lo lejos una silueta, lo que podría ser una persona. Me acerco silencioso y un poco asustado hasta él, le veo en un encuentro fatal con la droga. Tiene una jeringuilla inyectada en la vena, y la mirada más perdida que jamás haya visto. La boca, entreabierta y babeante, denota su estado, sus repetitivos y escalofriantes espasmos, demuestran su miseria. Está tirado en el suelo, frío y lleno de suciedad, pero parece no importarle en absoluto, ya que, no parece sentir nada. Es como sí no se encontrase en este mundo, está tan absorto en su mundo “feliz”, que su cuerpo es solamente el disfraz de hueso que se pone cuando vuelve a este miserable mundo. Me quedo una porción de tiempo, infinita para mí, unos pocos segundos para el resto del mundo mirando sus ojos. Una mirada inexpresiva, ni feliz ni asustada, ausente de todo sentimiento humano. Unos ojos a los que se les ha olvidado parpadear.


Perplejo y anonadado de mi encuentro con aquel tipo sigo adelante. Ahora es como si me costase más avanzar, levantar lo pies del suelo y seguir a delante se ha convertido en una ardua tarea. Finalmente y tras un gran esfuerzo consigo llegar a mi destino. Grito su nombre a viva voz, al rato aparece él con dos tipos más. Sonriente me saluda, y alegremente me abraza y habla conmigo, recordamos viejos tiempos y las risas, alegres todas ellas, irrumpen este triste y desesperado lugar. De pronto, cambiaron las sonrisas en rostros serios y llenos de odio. Me miraron fríamente, los que acompañaban a mi amigo se acercaron desafiantes, con gesto amenazante. Se plantaron enfrente de mi, yo seguían aun perplejo por el giro que habían tomado tan repentinamente las cosas. De improviso se abalanzaron sobre mí y me dan una brutal paliza, de lo que poco o nada recuerdo. Sólo que enseguida caí al suelo y empecé a sentir sus puntapiés contra mi indefenso y débil cuerpo.


Despierto dolorido y desorientado, aturdido me gire y vi que estaba lleno de sangre, con la ropa a medio romper. Con un sabor de tristeza y rabia en la boca, y tremendamente asustado. No me explicaba que había pasado, no se porque me dieron una paliza y me robaron.

Hago un enorme esfuerzo por levantarme, quebrantado, agotado casi exhausto lo conseguí. Tenía todo el cuerpo dolorido, me costaba respirar y la boca me sabía a sangre. Fui avanzando poco a poco, de un pequeño paso en otro más pequeño aun, tambaleándome, apoyado contra al pared. Repentinamente mis fuerzas fallaron y me caí de bruces al duro suelo, éste ni se inmutó y siguió igual. Me dolía tanto el cuerpo que opté por arrastrarme. No había avanzado ni 5 metros cuando caí rendido por el sueño, derrotado por el cansancio y el dolor. Desperté a las pocas horas, cansado y dolorido aun, pero capaz de valerme por mi mismo. Quería olvidar todo esto, y no se me ocurría más remedio que volver a meterme otra dosis.

No recuerdo como conseguí el dinero, ni a quién compré la dosis, tampoco me importaba mucho el como, ni si había robado, ni siquiera incluso me importo si había lastimado a alguien para ello. Yo estaba falsamente contento, ya tenía en mis manos a mi viejo amigo una vez más. Estaba en el salón de mi casa, puse un disco de Deep Forest y me inyecté la dosis sin más miramientos. Enseguida detecté que era una dosis alta, pero, aun así, incapaz de causar mi muerte, algo que casi no me hubiese importado. Pasan unos segundos y siento que me perdía otra vez en mis sueños.


No sé cuanto tiempo paso hasta que volvía “despertar”, me levanté del sofá y recorrí con escasa destreza el habitual camino que llevaba al baño. Me miré en el espejo para ver mi aspecto, vi un reflejo que jamás había visto, un reflejo que me atemorizó. Nunca en la vida había visto un rostro menos inexpresivo, mis ojos parecían no mirar a ningún lado, no querían ver nada. Era como si alguien me hubiese cerrado los míos y hubiese pintado unos encima, faltos de sentimientos, inertes de expresiones. Y debajo una boca que era incapaz de crear una mueca. Era un simple orificio lleno de sangre. Esta visión de mi mismo me atemorizo de sobre manera, era incapaz de sentir, incapaz de expresar nada con mi rostro. Empecé a creer que había perdido la capacidad de sentir, intente recordar momentos felices, con mis amigos, familia o simplemente con alguien tan conocido como para reírme con él. Pero me fue imposible, abandoné a mi familia hace muchos años, mis amigos, a los cuales no valoré lo suficiente se alejaron de mí como el tren de medianoche, los perdí. Me sentía como una hoja volando en el aire, marchita, vieja y olvidada, en un sitio que no le corresponde, intentando escapar pero obligada a resistir por el aire. Así me sentía yo, ansiaba huir, escapar, disiparme de este maldito mundo, pero el aire me obliga a seguir viviendo al respirarlo. Quise llorar pero no pude, ni siquiera mis lágrimas quisieron verme. Me sentí derrotado, mi fuerza interior se derrumbo por completo y caí arrodillado en el suelo completado por baldosas azules del baño.”A veces es necesario morder el polvo para ver realmente donde estas.” Me repetía una y otra vez.

Tengo que dejarle, es más duro de lo que parecía, y me invade una fría desesperación cada vez que pienso en ello. Hemos sido uno solo durante más de 30 años, hemos vivido juntos las más insólitas aventuras. Pero es tiempo de decir adiós, tiempo de marchar, no puedo seguir viviendo en estas condiciones, me está matando a cada segundo me consume a cada dosis. Me alejo cada vez más rápido y lo dejo allí arrodillado en el suelo. Giro al cabeza para darle un último vistazo, para verle por última vez. Pestañeo y me voy en busca de otro sitio tranquilo, quizás otro cuerpo al que amar.

13 de octubre de 2008

PERGAMINO XVII

Hoy me permito el lujo de felicitarme, por que una vez más, el mismo día que el año anterior y el anterior….cumplo años. Por eso hoy, y no otro día, he decido felicitarme.
Un saludo a todos y porque no también muchas felicidades a todos, por lo que queráis.
Moler.. . ...



Hoy he cumplido 24 tacaños años
He notado un brillo especial en mis ojos
Mirándome en la crisálida púrpura
Con ánimo tornado en borroso
Otro año más que tengo en mi haber
Acariciando los rasgos de la edad
Otro más, que cargo con él
Desdichado, caucásicamente feliz a la vez
Vehemente contento intentando ser
El anhelo de una vida hace años se fue
Añorando sus ojos cerca de mí
Que mis avances no pueden ver
Indultado al estado de felicidad una vez más
Por las palabras amigas, palabras de amigos
Que no podré olvidar jamás
Se transforman en lazos de amistad
Tirantes, fuertes que nadie romperá
Aquí sigo, esperando inquieto y ansioso los años que vendrán

26 de septiembre de 2008

PERGAMINO XVI

Hola de nuevo!! Hoy os voy a poner unas “Moleriñas”. Ni yo mismo se muy bien lo que es. No si conoceréis a Ramón Gómez de la Serna, un escritor español de principios de siglo. Pues bien este tipo inventó las llamadas gregerias, frases como
“La morcilla es un chorizo lúgubre” o “Pingüino es una palabra atacada por moscas”…Echarles un vistazo si podeis son buenísimas.
Pues bien en un pequeño homenaje yo cree las Moleriñas (humilde como pocos) y he puesto unas pocas de las que tengo escritas. Por cierto os pongo también un video de Gómez de la Serna haciendo un monologo bastante bueno sobre los oradores.

Moler.. . ...






“El pescado tiene guardadas las espadas para atacar al pescador cuando lo come”

“El alma es como las pinzas, ayuda sujetar nuestra ropa”

“La pipa pelada es el alimento favorito de los vagos”

“Las hojas se suicidan en protesta por la llegada del otoño”

“Las montañas son olas gigantes que se quedaron petrificadas”

“Las telarañas son las canas de las casas “

“Los edificios solo bailan al son de los terremotos”

“Las islas no son más que flotadores gigantes de hierba y tierra”

“Los recuerdos acumulan polvo en nuestra cabeza”

“Vacía es una palabra llena de sentido”

“Los baches en al carretera son mordiscos de coches hambrientos de brea”

“Las estrellas son sonrisas de seres queridos que nadie consigue borrar”

“El viento invita a bailar a las hojas más viejas”

“Las bolsas de plástico no vomitan ni cuando los atrapa un torrente de aire”

“Las bolas de papel son las malas ideas del escritor”

“Las bolas de nieve son las malas ideas de Dios”

“Un número capicúa, es un simple número caprichoso mirándose en el espejo”


“La prosa, no son más que escupitajos de tinta con formas raras contándote su vida”

“Las palabras se las lleva el viento, pero no puedo con el peso de la tinta”

“Si las palabras se las lleva el viento, subamos a hablar a la Luna”

“Las ciudades grandes están llenas de maravillosas gentes anónimas”

“La Luna es una farola ausente de electricidad”

“Los fuego artificiales son luces tan bonitas que besan hasta el alma”

“Un puente son dos tierras amigas que se saludan dándose la mano”

“Las venas son las líneas ferroviarias de nuestra sangre”

21 de septiembre de 2008

PERGAMINO XV

Hola !!! Qué de tiempo sin escribir, si es que, es lo que tiene el verano que no da tiempo para nada y se acaba echando ostias. Entre husillos, fiestas y juergas varias, exámenes y estudios... Pero bueno, ya se ha pasado el verano, y por eso me han dado ganas de escribir esta historia sobre personajes ficticios todos ellos, cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia.

Y bueno ahora que tendré más tiempo o eso espero, intentare actualizarlo más a menudo, y también daré algún cambio al blog. Un saludo a todos.
Moler.. . …


HISTORIA DE UN VERANO


Esta historia termina como empezaba, como empiezan muchas historias, siempre bordadas de alegría y reluciendo multitud de sonrisas. Pero teniendo que sortear las lágrimas de tristeza y alegría cada vez que se recuerdan.

Por lo que yo recuerdo, con alegría, esta historia empezó a finales de junio, o a principios de verano, que es más positivo. El Principito se encontraba sumergido en las cansadas pruebas de aptitud, que harían de él un gran caballero. Por aquel entonces había superado algunas pruebas con gran éxito, como recuerdo que fue la de quebrados y ábacos. Pero no obtuvo tanta suerte como en balística y estadística.

Una vez hubo terminado dichas pruebas fue a la gran celebración que se había preparado. Las pruebas no habían sido tan satisfactorias como se esperaba, pero como el Principito siempre solía decir:

- No os toméis demasiado en serio la vida, al final no vais a salir vivos de ella.

Así que, salió a celebrarlo, y vaya que lo celebró por todo lo alto, si señor. Tanto que le costaba trabajo recordar lo acontecido en aquellas celebraciones.

Pese a no tener aun en su poder el título de caballero, fue a la mágica ciudad de Shuton a poner en practica sus habilidades, no de caballero, pero sí, de mozo de cuadras. Fue contratado para librar batalla contra los malvados Husillos. Había centenares de ellos, altos, pequeños, delgados gordos… pero el principito supo como hacerles frente, y rápidamente se hizo con el control de la ciudad.

Mientras duraba la batalla en la lejana ciudad de Shuton, el principito decidió visitar con sus compañeros la bahía de Mundaka. Para ir las celebraciones de un pequeño pueblo llamado Busturia. Allí lo pasaron muy bien, riendo, bailando, a ratos cantando, en definitiva gozando con la alegría presente en el pueblo, la alegría que contagiaban sus dulces gentes. El principio un poco aburrido decidió pasear de la mano de la soledad durante un rato, cuando ya estaba aburrido de ella, volvió con ánimos rejuvenecidos al pueblo, pero allí la fiesta se fue a dormir y la alegría se acostó por fin. Viendo la tristeza en el ambiente, el principito resolvió volver a casa en el vagón de la soledad. Por suerte para él se reunió con su grandes amigos los” Hermanos Sacamantecas”. Los tres hicieron una entrada espectacular en el pueblo de Mundaka. Algo que recordaran las futuras generaciones con gran entusiasmo. Allí iban los tres, descamisados, con hercúleos torsos vistiendo su cuerpo. Gritando, cantando, entusiasmados por la vida, riendo, cayendo. Tan espectacular fue la entrada al pueblo, que los vecinos y gentes de Mundaka salían a sus balcones para saludar a los héroes llegados de la batalla de Busturia. Pero tan grande era el cansancio, que después de tomar un pequeño tentempié fueron dichosos a dormir

Había muchas batallas en la tierra y el principito acudía a ellas con muchas ganas, siempre rodeado de amigos especiales. Una de ellas fue bastante memorable, recordando tiempos pasados, El Principito y sus amigos El Loco Carioco, Alma Negra y Don Brea fueron hacia tierras de mar, tierras donde el dinero brota del suelo, tierras de gente de bienes. El primer día fueron las celebraciones Santas de Zarautz. Allí revolucionaron el pueblo, una vez metidos en el baile, el Principito dejo boquiabiertas a unas bellas mancebas de la localidad. Acudieron hacia él enamoradas por el carisma que desprendía el Principito, este las saludo con esmero, pero sus ojos no pudieron ver más allá debido al alcohol, y no se dio cuenta de lo que aquellas exuberante mujeres le ofrecían. “No dejéis que el alcohol os impida ver la realidad” Tras algún golpe amoroso más, las 4 amigos decidieron volver a casa, estaban satisfechos con lo acontecido esa noche. Volvieron por la senda de alegría, los cantos y las insensateces, El Loco Carioco, por ejemplo, saludo un semáforo con un cabezazo muy propio. Y después una vez en cas cocinaron pasta con condimentos jamás existidos.

Tras ese día el Principito, y su amigo don Brea, asistieron junto con unos amigos locales, a las vastas celebraciones de la Bella Easo Donostiarra. Contemplaron las maravillosas luces que besan los sentidos, sentados en el puerto, pero no estaban acompañados por helados, si no, por heladas cervezas. El Principito quedo estupefacto con las luces en el cielos, con el espléndido colorido que formaban.” Como unos simples colores pueden maravillar tanto los sentimientos” se preguntaba el Principito. Tras ver el espectáculo, batallamos las calles de la ciudad con cerveza en mano, pero pronto decidimos volver al resguardo de las trincheras.

El Principito decidió darse un último festín antes de volver a estudiar para las pruebas de aptitud de septiembre. Así que, sin pensarselo 2 veces, se fue hacia las áridas tierras de Bilbado. Y hasta allí se fue, con el Cocinitas y el Catedrales, dos eruditos en el mundo de las pértigas y las aceitunas. Llegaron, y con mucho ánimo se fueron hacia donde la gente iba, hacia el concierto de laud que recitaba Amaral. Después salieron veloces al encuentro del Loco Caorioco y el Negro Tumas, dos grandes amigos que reunieron. Juntos hicieron la noche de Bilbado suya, pero poco a poco, fueron cayendo por sueño. Así que, cuando solo quedaban el Loco, Negro y el Principito decidieron imporvisar unas carreras de cúadrigas con un triciclo que encontraron. La noche no dio más de si y el principito decidió volver a su carreta para dormir. Estaba muy lejos, pero con unas patatas y unos cánticos su distancia se acorto mágicamente.

Al día siguiente puedieron visitar la gran coleccion de surrealismo que ofertaba el museo Bilbaino, y asimismo disfrutaron de una gran comida en el "Rey de las Hmaburgesas". Allí degustaron faisán trufado, Lacón en gelatina y demás delicias de es índole.


Ese verano el Principito conoció a alguien muy especial, a la Diosa del Cloro, una guapísima diosa que se encargaba de velar por la seguridad de la gente que se bañaba en los mares cercados. En cada encuentro, que el Principito tenía con la diosa del Cloro, ella le enseñaba algo nuevo, cosas maravillosas e increíbles. Recuerdo una tarde de verano, pero que por el azar se disfrazó de otoño, la Diosa le enseño a medir la capacidad cloral de sus mares, recogía un poco de agua y con unas palabras mágicas se volvieron en mágicos colores.. Una vez, una mañana cuando el Sol salió con fuerza, el principito visitó a la Diosa. Ella se encontraba en plena efervescencia, en una situación de júbilo ausente, aún borracha de alegría. Esa mañana que compartieron un frugal almuerzo, la Diosa con un arte mágico le enseño a realizar globos con zumo y con una caña de chocolate. Conocieron un niño militar, ascendido rápidamente a general, que bajo su mando tenía un centenar de moscas, militares todas ellas. El niño pidió ayuda ala Diosa para poder recuperar su amada pelota, la Diosa lo intentó, pero su velocidad fue escasa. El niño-general no quedó contento e hizo que las moscas atacasen a la Diosa y al Principito.

Con agrado y sonrisa recuerdo una mañana que el Principito visitó al Diosa en el Mar de los Saltos. Con suma alegría y desorbitada paciencia, la Diosa y el Principito, contemplaron a los magníficos saltadores, que eran veloces y valientes como pocos. Subían y sin pensárselo dos veces saltaban al vacío valientemente. Vieron con aburrimiento, y casi odio, aun ser, posiblemente de otro mundo, un ser lelo, casi despreciable, como les crispo los nervios debido a su indecisión en los saltos. Finalmente tras pasar varios días encaramado a la cima salto de un manera tan inesperadamente buena, que la Diosa y el Principito quedaron con rostros embobados.

Y una vez más, termina la historia como empezaba, con las pruebas de aptitud, no he hablado aún con el Principito, pero creo que todo ha ido bastante bien, además esa muy agradecido a todos lo amigos que han pasado el verano con él.

14 de julio de 2008

PERGAMINO XIV

Hola de nuevo, iban 12+2 ocasiones y no me aburro, espero que vosotros tampoco, de todas maneras seguiré escribiendo, aunque no haya nadie leyendo. Esta historia la he hecho un poco a todo correr, no se como estará, además su inicio era el de la anterior. Pero las dividí en dos, por el “divide y cuchara de palo” ese famoso. Haber si os gusta, el título nada tiene que ver con la película.

Un saludo

Moler.. . …


“ EL HOMBRE SIN SOMBRA”

He llegado de un lugar lejano y peligroso al que el destino me ha querido llevar, cierro la puerta de golpe, vengo exhausto, y magullado, pero ha merecido la pena. La tengo otra vez mi lado. Estos moratones y heridas sanaran pronto, y me da igual si no lo hacen. Al menos he conseguido cicatrizar la herida de mi alma.

Hace unos días, sin yo quererlo, ni siquiera pensarlo, me vi envuelto en un cúmulo de desgracias, una serie de importunismos si desean llamarlo así, en las que para bien o para mal perdí mi sombra. Sí, mi sombra, a la que tanto quería y apreciaba, me fue arrebatada. En realidad más que una pérdida fue un hurto, sustracción, robo…o como lo quieran llamar (Se dan cuenta de que cuanto peor es la palabra más sinónimos tenemos), pero no me gusta esa categoría de palabras, por eso digo que la perdí.

Estaba yo, un sábado cualquiera, soleado y veraniego dando mi tradicional paseo de los domingos con la ropa del jueves. Tranquilamente tarareaba, dejaba que las notas musicales como la re y la do saliesen de mi boca, pero, amigos, aquí nunca había sitio para al fa, ya que desde niño tengo hacia ella un odio bastante irracional. Pues iba yo silbando cuando de repente noté que algo contundente golpeaba mi quebradiza espalda. Acto seguido decidí desmayarme, bueno tampoco fui yo el que lo decidí, sino mi cuerpo. Al poco rato me desperté, estaba bastante desorientado y sentía un gran dolor en la zona de la espalda. Recogí mi sombrero marrón del suelo, lo sacudí suavemente contra mi regazo para limpiarlo y me lo puse de nuevo. Restándole importancia a lo sucedido, continué con mi paseo. Debió pasar como media hora, la verdad es que no tengo muy buena noción del tiempo, pero llegué a un semáforo, el hombre estaba rojo de furia, por eso, concluí esperar a que se calmase. Distraído, mientras esperaba me quede embobado mirando al suelo, alcé mi vista un segundo pero rápidamente la volví a bajar. No quería que lo que creía haber visto fuese verdad, pero al bajar la vista de nuevo me topé con la cruda realidad. Mi sombra había desaparecido. Me tiré al suelo lamentándolo, sollozando, arrodillado estaba ante tamaña pena.

Reirán ustedes para sus adentros, quizá la exterioricen, pero asegurándose que hay alguien cerca, contagiándoles la misma. Sí, siempre que puedan hagan reír a los demás conocidos o no da lo mismo, ustedes hagan reír, mírenme que bien me va. Reirán decía pensado en mi alta preocupación por una simple sombra. Puede que parezca exagerado, hágamelo saber si es así y me detendré de inmediato… veo que estarían tan inquietos como yo. Y es que una sombra no solo sirve como compañía, o como espejo improvisado para terminar de arreglar ese pelo rebelde en la calle. Una sombra es mucho más, una sombra es la forma perfecta para saber si el sol ha salido o simplemente se trata de una fría luz artificial. Supongo que ustedes, sabios lectores, habrán notado la diferencia entre una sombra proyectada por el sol y otra forjada por la luz artificial. Cuando el sol se mantiene en el cielo, como el nómada pasivo, nos bastará con mirar hacia el suelo para ver nuestra anhelada sombra. Dependiendo de la posición del Sol, la sombra cambia su lugar, pudiendo ser esta zona, delante de nosotros, detrás, a los lados...Les daré un consejo para poder localizarla rápidamente y no estar dando vueltas en un intento por encontrarla, y al mismo tiempo parecer un idiota a los ojos de los demás. Miren a sus pies, podrán apreciar con agrado que van calzados, ya sea con unos bellos zapatos, unas cómodas zapatillas o unas paupérrimas sandalias, de no ver ningún tipo de calzado vuelvan a casa para ponerse unos. Bien una vez que han comprobado que llevan algún tipo de calzado, observarán que se alarga algo negro por el suelo, no se asusten y echen acorrer, de todas formas les seguirá. Tranquilícense y sigan con su mirada esta cosa negra, según vayan avanzando irán viendo como cambia de forma, terminando en una forma redondeada. Sí, eso que ven es su sombra, quédense unos segundos para contemplar su majestuosidad, su belleza, su constancia, podría seguir pero no tengo tanto tiempo. Y ustedes habrán notado que esa majestuosidad solo es latente cuando la sombra esta creada gracias al Sol. He de decir, que aunque una sombra no se proyecte por la existencia cercana del Sol, con luz artificial es bastante buena compañera de penas y alegrías. Menos pomposa pero a veces igual de útil, viendo más allá de ese envoltorio negro, que a fin de cuentas es lo que de verdad importa.

Un sombra también puede ser la compañía perfecta en las noches de tristeza, esas noches de desconsuelo que navegamos durante horas sin ni siquiera coger ningún tipo de embarcación. En esas noches, frías por lo general, hay bajo nuestros desorientados pies tendremos nuestra sombra, nuestra amiga, porque no llamarla así, a la cuál le contaremos todas nuestras penas, nuestras congojas. Ella las escuchará con eterna parsimonia, con desvarío agrado y aunque no nos diga ninguna palabra de ánimo sabes que muestra una sonrisa comprensiva y seguramente aunque no se aprecie mucho nos dará un palmadita sombría en el hombro.

Recuerdo con gracia y alegría como jugaba con ella, perdón que hable tanto de mi, otro día les escucharé encantado. Recuerdo, decía, como jugaba con mi sombra, en aquellas tardes sin nombre, tardes que pasaban desapercibidas por el calendario. Bajaba yo al parque con el Sol empezando a descender la colina del cielo, no necesitaba más compañía que mi sombra y una pelota de plástico verde, el color puede variar, pero no les recomiendo colores oscuros, se puede confundir. Pues así riendo, pasábamos las tardes calurosas. Cuando el astro rey se comenzaba a ocultar bajo las colinas de las despedidas, subía lentamente a mi casa, para poder cenar.

Pero ahora pobre de mí, que la he perdido, la echo de menos y no se como recuperarla, recuerden siempre una cosa, por muy arrastrada que ella parezca, tranquilizaros, siempre se levantará, siempre se llenará de fuerza necesaria para auparos, nunca os va a dejar a solas. Si no esta el Sol, siempre podéis llevar a mano una despistada linterna, un solitario fósforo o un indefenso mechero, así, podréis gozar de su compañía siempre que queráis y en cualquier lugar del mundo.

Ahora voy en su busca, no se donde está, pero me da igual, la encontrare. Puedo oír sus gritos en mi cabeza. Sin mirar atrás salgo de casa hacia donde el destino me quiera llevar.

12 de julio de 2008

PERGAMINO XIII

Hola, hacia tiempo que no tenia nada para poner, estaba además bastante ocupado, pero como sólo unos pocos os atrevéis a leerme, no creo que me halláis echado de menos. He estado escribiendo estos días, pero no mucho, tengo algún relato por ahí al que tengo que dar un remate final. Mientras tanto os pongo este “relato-poema” , que se me medio ocurrió una noche que me desperté alas 4 de la mañana, para hacer más amena la espera. En principio era un comienzo para otro relato, pero bueno al final salió esto. Sin más, haber si para al semana que viene tengo algún relato terminado para subirlo. Para leer este relato nada mejor que eschuchar "the sound of silence"

Un saludo

Moler.. . …




“OSCURIDAD”

Anoche me desperté sobresaltado por un trueno, la tempestad se erguía ahí fuera, con una furia paulatina, una furia casi silenciosa, ha empezado a tronar. Ha interrumpido unos sueños de los que no era dueño, sueños en los que no tenía el control y se apoderaban de mi mente no por casualidad. Sueños en las que las voces que quiero me guiaban hacia un lugar mágico, sueños de viajes a tierras verdes, tierras lejanas que quería visitar. La furia se apodera poco a poco de la noche, es una furia suficiente para hacerse notar. Un tempestad que se hacía eterna. Me asomé tembloroso al balcón de mi humilde casa. Aparté las cortinas aterciopelas color crema y con un sigilo que me salió de lo más profundo abrí lentamente la puerta del balcón. Fui ante todo cuidadoso y silencioso, pero la puerta se alegró tanto al verme de nuevo que emitió un chirriante saludo muy a mi pesar. Una vez fuera abrí mis legañosos ojos de par en par, sólo veo negrura hasta en el horizonte, sólo veo la desesperación vestida de oscuro que era la reina de la ciudad. Alce mi voz y dije"hola oscuridadvieja amiga, vengo a hablarte de nuevo". Las luces hace tiempo se fueron a dormir, y nadie las consigue despertar. La esperanza se ha ido sin saber su destino, no avisó a nadie de su partida, solo compró el billete sencillo, y se fue ligera de equipaje. Las estrellas que tan ordenadamente alguien pinta en el cielo, hoy parecen no brillar, sonrío intentándolas imitar. Pero sin nadie querido cerca no pueden volver a iluminar. En lo alto donde la Luna se aposenta para dormitar, solo hay un hueco vacío, un hueco difícil de llenar. Las calles desiertas no se perturban, siguen parsimoniosas al paso de la tempestad, no son conscientes del mal que se cierne con saña desvergonzada sobre nuestra ciudad. Me enojo con cierto grado de maldad, al verlas tranquilas en su saber estar, les grito, ahora lleno de rabia, pero ellas parecen no escuchar. Hacen oídos sordos a mis insultos, así que, decido dejarlas en paz. Giro mi cabeza, despacio y con precaución, ahora es el cielo el centro de mis iras, ahora es él quién se va a enojar. Dirijo con una furia conductora los gritos de odio hacia arriba sin necesidad de usas ascensor, no me hace falta, pues sé que con seguridad van a llegar. Es tiempo de expulsar mi rabia, de dejar mi odio salir, en una noche que no abraza bondades, ni indulgencias. Solo existe sitio para le terror, el miedo y el odio. Aunque es difícil de apreciar veo como el cielo va descendiendo poco a poco sobre nosotros. Pasa el tiempo, un tiempo donde los segundos se arrastran por el minutero, abrazados con fuerza sobre el reloj, parece ser que no desean marchar. Los veo pasear dados de la mano, pasan ante mis ojos, los intento retener, pero ni siquiera los puedo tocar. Siento lágrimas huyendo de mí, ya no están en mi alma, un lugar donde solían nadar. Abandona mi cuerpo, sin ningún tipo de recelo lo dejan atrás. Llorando de amargura consumo el aire que todavía puedo inhalar, cansado, exhausto me encuentro, no soy el activo hombre de tiempo atrás. Estoy apunto de desmayarme, con un último halo de esperanza me mantengo para contemplar el temporal, quiero saber lo que el futuro me traerá. Por más que me esfuerzo mi túnel no tiene ninguna luz al final, solo veo una gran oscuridad. Ahora solo deseo ser el preso sin grilletes en busca de libertad, el pájaro que dejo la jaula atrás, el mar que rompe tranquilo contra el arenal. Quiero ser como el viento que sopla, como la hoja que vuela ajena a la gravedad, que baila con el viento en una danza mística. Sueño con poder despertar, y ver el Sol brillante en lo alto, rodeado de amigos con los que reír y llorar, pero abro los ojos y me doy de bruces con al dura realidad. El Sol se ha apagado, ya no va a volver a brillar, no existe ninguna luz artificial, se cierne la oscuridad total, subo a mi habitación, ya solo puedo ir al encuentro del esperado final.

1 de junio de 2008

PERGAMINO XII

Hoy os pongo un par de historias que he enviado a un concurso de cortos. Os las dejo en plan guión, vamos como las he mandado al concurso. Son dos historias raras, una más que la otra, pero bueno me han gustado mucho y tienes un mensaje que me ha parecido bastante bueno e interesante. Ahora estoy en exámenes, así que, no se cuando volveré a escribir, espero que no sea tanto como la última vez.

Un saludo
Moler.. . …



DESPERTAR EN LUGO

Secuencia 1: La cámara enfoca la cara del protagonista. Sus ojos permanecen cerrados, de fondo se escucha el sonido de un estridente despertador. El protagonista abre los ojos, tiene muchas legañas, y con los ojos entrecerrados va dando manotazos al aire hasta que consigue apagar el despertador. Se sienta en la cama con aspecto cansado y mira fijamente la ventana (aquí, se hace un primer plano de sus ojos, después se aleja y enfoca al cara y la habitación) se nota en su rostro y en la habitación el reflejo del sol.

Secuencia 2: Se enfoca la puerta del baño por el interior, se ve al anciano abriéndola abriéndola. Gira el grifo de la ducha, la cámara enfoca su cara se queda unos segundos pensativo y ausente mientras se calienta el agua. Se mete dentro y comienza a enjabonarse. Aquí comienza a recordar imágenes del pasado. (Mediante una secuencia de fotos) Primero una bicicleta infantil roja, una mochila llena de apuntes y fotocopias, una flor en un monte y un balón en el fondo de una portería. La cámara vuelve a enfocar la cara y se le ve sonriendo.

Secuencia 3: En la cocina abre un armario y saca una taza azul. La llena de leche y al mete al microondas (en toda esta secuencia se enfocan alternativamente las manos y la cara, la cara siempre con rostro ausente y medio triste).

Secuencia 4: Esta sentado y la cámara le enfoca a mediana distancia. Sopla a la leche, y a su lado se ven 2 galletas. Pone la radio (esta se escucha de fondo lo siguiente)

“Tenemos una mala noticia, varias hojas se han suicidado en protesta por la llegada del otoño. Detenidos dos carteros por introducir propaganda ilegal en los buzones, ¡Cuidado! El siguiente buzón podría ser el vuestro. …..Hola soy Augusto Pérez, están escuchando Buenos días Lugo, estas y otras noticias en breves segundos…”

Para terminar se escucha una musiquilla típica de informativo. Mientras está sonando la radio, moja las galletas, una de ellas se rompe y se hunde en la leche (aquí se enfocan sus manos y como se va hundiendo cuando se rompe, después se enfoca su rostro) Después bebe de un trago el resto de la leche y deja que se le caigan un par de gotas por la boca. La cámara hace un primer plano de su boca, y se las limpia, y luego se aleja, enfoca la cara y se aprecia una leve sonrisa con al mirada perdida. Una vez terminado deja la taza azul en el fregadero.

Secuencia 5: En su cuarto enciende la luz. Se dirige al armario lo abre y saca un traje de franela. (La cámara enfoca su rostro, cierra los ojos y huele el traje, respirando profundamente.) Aparece un recuerdo en su mente, una imagen, en lA que sale una foto de boda en blanco y negro y vieja. Otra vez enfocando a su cara se ve dos lágrimas caer, se enfocan en primer plano. Después abre un viejo baúl, saca dos zapatos negros de charol y se sienta en la cama para darles un baño (mientras les da el baño se enfocan sus manos en primer plano). Se los ata (esta imagen se hace desde arriba y de cerca. Se levanta abre el cajón de la mesilla, mete su mano temblorosa (primer plano de la mano) y saca una pajarita Se la anuda al cuello (primer plano de la pajarita) Una vez preparada se pone frente al espejo, y se repeina (esta secuencia se ve por detrás).

Secuencia 6: La cámara le sigue por el pasillo, lentamente. Él va despacio fijándose en todas sus fotos. Agarra algunas con la mano (primer plano). Llega al escritorio, se sienta enciende la luz, y coge un bolígrafo y hoja en blanco (esto enfocando las manos). Escribe algo y lo mete en el sobre (toda al secuencia en primer plano, manos y lengua. Dos o tres lágrimas se le caen de sus ojos.

LA VIDA EN UNA CAJA DE CERILLAS

Secuencia 1: La cámara enfoca a una caja de cerillas puesta sobre una mesa. La sigue enfocando durante varios segundos. Después el narrador comienza a hablar.

Narrador: La vida en una caja de cerillas es principalmente monótona. Esta simple palabra puede describir el interior de una caja de cerillas perfectamente. Si investigamos en el diccionario un poco más, quizás con suerte y dependiendo del ánimo que tengamos, encontraremos más adjetivos que tengan la cualidad de describir la vida en una caja de cerillas. Podemos hallar palabras como, aburrida, simple, sencilla, tranquila, silenciosa, escueta en emociones… (Toma unos segundos de respiro.)

Nunca me he tomado la libertad de vivir en una, pero estas son las impresiones que me han trasmitido en mi incesante observar durante años. No se debe molestar a una caja de cerillas, el más leve gesto las puede despertar de su letargo, y responden con un llanto muy molesto. (Aquí por medio del stop-motion la caja cae haciendo ruido, y añadiéndole más ruido de gritos y cristales rotos)

Secuencia 2: Otra vez en la mesa. Cuando se habla de la cantidad de miembros se hace un cambio de cajas, primero pequeñas y luego grandes. Luego la cámara enfoca el lateral de la caja grande y después por medio del stop-motion se va abriendo y vuelve ha cerrarse..

Narrador: Estas cajas contiene normalmente entre 1 y 100 miembros, son rectangulares (la mayoría) y poseen un elemento característico en un lateral. Este elemento es una especie de lija por donde las cerillas pasan su cabeza en momentos puntuales.(segunda pausa)

Secuencia 3: Cuando habla de los diferentes elementos que puede estar dentro de una caja de cerillas, se van añadiendo los elementos dentro de la caja(uno cada vez y luego todos juntos). Se van mostrando en secuencia de imágenes las cajas con esos elementos dentro. Después, cuando se habla de las cerillas, la caja se va abriendo poco a poco y sale una cerilla. Ésta se pone de pies y la cámara gira a su alrededor y finalmente haciendo un zoom en la cabeza

Narrador: Las citadas cajas pueden contener elementos tan dispares como alfileras (que debido a su semejanza habitualmente se confunde con cerillas); serrín (polvo en lo que son convertidas viejas maderas); agua ( el líquido elemento, poco recomendable si la caja es de cartón, pudiendo llegar incluso su destrucción); e incluso elefantes (menos frecuente pero se han dado varios casos, popularmente usadas en África) Pero no se puede hablar de las cajas de cerillas sin nombrar a su inquilino por antonomasia. Las cerillas (también llamados fósforos, debido a la composición de su cabeza) Son seres de cuerpos finos y quebradizos, son seres delgados y esbeltos y tienen una cabeza (grande por lo general) granulosa.

Secuencia 4: Volvemos a enfocar la cerilla, y hacemos un zoom para enfocarla, no se oye nada, unos segundos de silencio. Después la cerilla se enciende ( esta parte se hace a cámara lenta) Mientras habla el narrador se va consumiendo la cerilla y se oye una risa muy suave y casi inapreciable.. Al final el hombre enciende un cigarro apaga la cerilla y la tira al suelo. Esta secuencia se hace casi todo a cámara lenta. No se deben ver las manos del hombre ni su boca ni nada. Finalmente la cámara enfoca la cerilla en el suelo.

Narrador: Las cerillas son seres silenciosos por naturaleza y solo emiten un grito de alegría cuando son usados por el hombre. En esta ocasión (cuando son usados por el hombre) las cerillas viven con gran júbilo sus funciones, incluso si nos fijamos bien y no hacemos ningún ruido se puede escuchar una leve risita de alegría (en este punto se pone la risa). Viven siempre quietas y calladas en sus casas, y cuando el hombre las necesita acuden con gran alegría, a pesar, que saben que cuando esto ocurre mueren. Pero parece no importarles en absoluto, ya que, ellas, al contrario que la humanidad acogen la muerte como su función natural, como una alegría y sin ningún miedo, contenta por la ayuda que proporciona.

Por ello, sorprende en ellas, la capacidad de sufrimiento que tienen. Pueden estar años sin moverse, dentro de esas comunas gigantes, apretadas, sudando y sin ni siquiera emitir el más leve quejido, hasta que el hombre acude en su ayuda

Secuencia 5: Esta secuencia se abre una caja pequeña de cerillas 10, más o menos. Y se va vaciando hasta que se queda vaca. Y después van saliendo imágenes o videos de sus usos. Finalmente un gran primer plano de la caja de cerillas vacía.

Narrador: La vida de una caja de cerillas llega a su fin, cuando todos sus miembros han muerto, los motivos, diferentes todos ellos no importan. Pudiendo ser usadas correctamente (encender algo); ser usadas para calmar el estrés (usándolas como hobby en la construcción de torres Infieles). Pero estos factores poco importan, ya que, cuando todas mueren, la caja muere, puede darse el caso de querer rellenarla con elementos como los anteriormente mencionados, o incluso, querer llenarla de nuevo con cerillas pero la caja conoce bien a sus hijos y solo a ellos los acoge con agrado, se puede probar a meter diferentes cerillas en otras cajas, pero es una práctica peligrosa( aquí se mete diferentes cerillas en la caja, y tras unos segundos salen disparadas)Desde que las cerillas primarias mueren la caja muere, y tan sólo será una caja vacía.

20 de mayo de 2008

Pergamino XI

Ahora ando un poco saturado, entre el finde que fue completo con la arabatakada, olimpiadas con los txabales en Loiu, juerga el sábado... y además con los exámenes, y no tengo mucho tiempo para escribir. Hoy os pongo dos poemillas que hice hace algún tiempo en el estadio, aburrido de estudiar. También tengo un par de historias más, que quiero presentar a un concurse de guiones para cortos. Pero todavía falta rematarlas, además tampoco se muy bien como coño se hace un guión. Pero bueno intentaré sacar algo de tiempo y poner algo más frecuentemente, no prometo nada. Ale a seguir bien.

Moler.. . …




“Lecho de muerte”

Huyendo de la sed de guadaña
La que tantas veces distinguí su sombra
En la esquina gris de mi alcoba
Y que con total descaro me llama

No quiero se injusto
Porque he vivido bien, lo se
Por eso pido esta vez
Márchate, no quiero volverte a ver
Todavía no me ha llegado el turno

Triste es el pesar diurno
Escondido entre sombras bailarinas
En un mundo de maravillas
Oculto como un actor entre bambalinas
Para pasar al pavor nocturno

Al caminar me siento muy inseguro
Noto su tétrica presencia detrás
Su sombra crece, ya es imposible de esquivar
Dejo que me siga, ya solo busco la paz
Creo que ha venido en el momento oportuno

Me encuentro ante una nueva montaña
Sosegado y tranquilo voy a coronarla
Ya estoy molesto de tanto esperarla
Consigo por fin la que buscaba con ganas

“Anteojos”

Prisionero de su abrazo metálico
Sin ti, mi vida se torna borrosa
Contigo, atado al grillete cósmico
Dulce vida a menudo desastrosa

Prolongación artificial de mis sentidos
Sin ti, bailo la alegre danza melosa
Contigo, los pasos son tulipanes en el campo
Triste vida a menudo maravillosa

Atadura mental que me persigue
Sin ti, escapo por la ruta frondosa
Contigo, veo el camino iluminado
Locura de la senda peligrosa

Desvinculamiento del mundo real
Sin ti, la velocidad se torna pasmosa
Contigo, los pasos son constantes
Despierto otra vez en la senda sinuosa

9 de mayo de 2008

Pergamino X


Hola,

10, que número más majo. Nunca lo he visto en mis notas (bueno el año pasado en mekanika si), pero dudo que lo vuelva a ver. Pues eso, ya van 10 “pergaminos”, espero seguir teniendo ideas para hacer más, y si puede ser llegar lo menos hasta 2 o 3 más, bueno igual he exagerado un poco. Bueno creo que sí, porque en mi surrealista mente hay mucho y nada sano. En esta historia la idea me la dio Pullo, y recordé un cómic de “Mortadelo” que pasaba algo parecido. A ver si os gusta. La semana que viene más (mejor ya no lo se)

Moler.. . …

Protagonista inesperado

La ciudad estaba desierta, ningún alma en las calles, ningún sonido humano, tan solo el coro de algún alegre pájaro cantando al sol recién nacido. Éste calentaba la ciudad en un nuevo día, una vez más, como tanto le gusta hacer. Entonces apareció por la esquina de la calle nuestro querido personaje, nuestro viejo amigo Augusto, feliz y risueño camino de su trabajo. Al cual siempre acudía con sus mejores galas de felicidad y sonrisas. Le encantaba pasear, por las maravillosas sendas que la ciudad, amablemente le ofrecía para pisar. Augusto era un muchacho crecido en años y entrado en carnes, tenía una inconfundible calva, la cual era su seña de identidad. Llevaba más de 20 años al frente del bar, que heredó de su difunto padre. Desde entonces lo había regentado con gran esfuerzo y buenas cualidades.

-Oye, haber chaval, vale ya no!!!

-Eh!!! ¿A que te refieres y quien eres?

-Pues soy el protagonista de la novela, y te estas columpiando totalmente chaval. No se cuanto tiempo llevarás de narrador, pero lo haces fatal. Como conseguiste este trabajo, seguro que de enchufe. Primero, soleado día, tu puta madre, si hace un frió del carajo, y el grajo vuela bajo. No soy calvo ni gordo, eso lo será tu padre!! Bueno en lo del bar has acertado, pero ni lo heredé de mi padre ni voy a gusto e él. El bar es de mi jefe. Y odio, me oyes, odio venir aquí. Y haber si te queda claro que no me llamo Augusto sino Arturo. Tienes otra oportunidad, así que, no la desaproveches, porque si hay algo que detesto son los narradores sin información veraz de lo que cuentan.

-Eh…… va…vale… entendido. Pero la historia es mía, podré hacer lo que quiera, vamos, eso pienso yo

- Pues, si, la historia es tuya, pero primero tienes que saber algo acerca de los personajes ,para poder contar sus historias . Y desde luego de mí no sabes nada.

- Vale, vale… en fin… Sigo por donde lo he dejado.- Sus palabras me han dejado anonadado, intento salir de mi asombro para seguir relatando esta historia. Ahora sigo un poco más cauteloso por miedo al error, miedo al fracaso.

Augusto (perdón, lo siento, estoy bastante nervioso) Arturo llegó al bar de su jefe, esta un poco alicaído pero dispuesto a trabajar. Esta mañana no hay mucho ajetreo, tan solo algunos trabajadores solitarios en busca de la compañía de una taza de café caliente. Y una familia que a juzgar por sus maletas se prepara para emprender un viaje hacia algún lugar fantástico. El que parece ser el cabeza de familia se levanta con gesto de enfado y me dice:

-Viaje, Viaje… ¡cómo que viaje! A sido mi suegra que nos ha echado de su casa, la muy…

- Ves, si es que no vales para esto. No tienes ninguna información sobre nosotros y dices los primero que se te ocurra. Creo que lo tienes que dejar porque lo que es yo, estoy hasta los huevos. Me marcho, me voy lejos, que estoy harto de ti.- esto último me lo ha dicho Arturo, no se puede que tenga razón la verdad es que, no se nada de ellos. He empezado esta historia sin ni siquiera conocerlos. Todavía no soy lo suficientemente bueno para crear mis propios personajes, por eso he tenido que contratar a éstos, sin saber nada de ellos. Si tuviese fuerza de voluntad, haría que algo me matase pero tengo tanto miedo que no puedo hacerlo. No valgo ni como escritor, esto es deesperante.

Decido salir a pasear, estoy inquieto y decepcionado, pero ante todo, es el mismísimo asombro se había apoderado de mí. Aquí estoy yo, paseando por las calles, esta vez si que están desiertas (lo estoy comprobando con mis propios ojos). Vacía, así se siente la ciudad, ni siquiera se ven pájaros volar, ni las hojas pasear en la senda del viento. Parece que estoy caminando a través de una foto, yo soy lo único en movimiento, todo lo demás esta quieto, inmóvil, impertérrito al paso del tiempo. Estoy triste y no se hacia donde ir, no he comprado billete para ningún destino, tampoco he fijado el rumbo del timón que maneja mis piernas.

Miro indeciso mi brazo derecho, estaba indeciso porque, no recordaba exactamente donde tenía mi reloj. Tengo la extraña costumbre (creo recordar, no muy seguro, que desde los 10 años) de cambiarlo de lado. Las 9:00 de la mañana. Que hora tan fantástica verdad, siempre lo he pensado así, supongo que pensareis que es una gran tontería, que probablemente lo sea, pero bueno, es una de esas “tonterías“que tengo en mi haber.

Tras haber posado mis ojos en aquella reluciente y circular esfera, recordé, otra esfera, esta era mucho mayor. Alzo la vista hacia el cielo, allí esta él, inmóvil, brillante en las alturas, con ese tono anaranjado tan bonito. De pronto sucede algo que me llena de angustia, poco a poco va perdiendo su color anaranjado y se va transformado en un gran disco rojo. Este parece muy perverso y lleno de maldad. No quiero hacer caso de su perversidad y cruzo el paso de cebra con rapidez.

Ante mis ojos, se extiende un camino rojo, recto hacia el infinito, poblado por unas solitarias y silenciosas farolas. Detrás de mí, sólo el borroso recuerdo de algo mal echo, de una mala acción. Decido seguir hacia delante, y hacia allí están marchando mis pies, solitarios e independientes. No les solía prestar la atención que merecían, pero siempre estaban dispuesto y listos para sacarme de cualquier situación. Me detengo al ver un animal, apoyado en el suelo sobre sus patas traseras y delanteras. Me quedo conmocionado al ver esas metálicas patas que están abrazándose con ansia al suelo. No me queda más remedio que fundirme con él, llorarle mis penas y ofrecerle mis lágrimas templadas de un mal día. Creo recordar que en ese momento el tiempo se detuvo inmutable a la vida, para tan solo para darme ánimos, tengo que decir, que es de gran ayuda poder contar con él en estos momentos.

Me levanto, era tiempo de pasar de las penumbras y de las penas que habían alquilado habitación en mi mente y corazón. Con razón de un paso por segundo (o más rápido si cabe) me voy alejando de aquella senda roja. La siguiente es una senda llena de agujeros provocados por los mordiscos de los camiones más gordos. Lejos se quedan los momentos de aquel tal Augusto o Arturo (creo que nadie sabe seguro su nombre) me he dado cuenta que como narrador no valgo, soy nefasto. Pero, asimismo, he descubierto (con gran agrado para mi persona) que puedo ser un gran protagonista, sin darme cuenta he contado una historia triste de llantos y lamentos, pero he sido yo el protagonista de dicha historia. Creo que partir de ahora solo narraré mis propias vivencias, mis historias sin sentido a la gente que quiera escucharme o leerme.

26 de abril de 2008

Pergamino IX

Hola una vez más. Ya he entregado el relato para el concurso, así que, como decía Cayo Obtusus “Alea jacta est”. Aquí os lo dejo para todos aquellos que no lo habéis leído, a los que si lo hayan hecho deciros que he cambiado el final, y merece la pena leerlo, aunque solo sea el final. Adjuntamente he puesto el de Pullo (Don Severino), indudablemente otra gran historia también.

Un saludo Moler.. . …

P.D. Muchas gracias Isa, parece ser que eres la única que tiene la valentía y las ganas de leerme. Gracias


La historia de un abecedario cualquiera

Hace muchos años vivía en una apartada isla un abecedario, pero no me refiero a uno de esos abecedarios tan especiales que salen en los libros de lengua de sexto curso, este era uno mucho más simple y honrado. Este abecedario lo formaban todas esas simpáticas letras que tan bien conocemos, estaban la M, la S, la L, y muchas más, y por supuesto la más vieja del lugar, la más sabia de la región, la letra A. Eran muy felices y se entendían a la perfección, rara era la vez que discutían airadamente, preferían la paz y tranquilidad que les proporcionaba su hogar. Éste se hallaba en una isla situada encima de ese lejano mar, tan perdido que a muchos les costaba encontrarlo. Al sur de esta paradisíaca isla se alzaba orgullosa la pequeña ciudad donde vivían. La formaban un ayuntamiento, que presidía la calle central de la ciudad, algo más de 10 casas, y los típicos comercios, como el bar, la consulta del doctor, la herrería…. La ciudad estaba bañada por el mar, que desembocaba su furia contra una playa, donde las letras solían acudir a pasar los soleados días del año. Al norte estaba el antiguo muelle con su faro y con su otra playa, y entre ambas se erguían unas pocas pero bellas montañas verdes que inundaban la isla con gran vegetación.

En la primera casa del pueblo, que estaba en la avenida Palabra, vivía la familia Vocales, en un caserío blanco precioso. En la parte principal había una enorme balconada, la cual estaba decorada por un gran volumen de flores, tulipanes, lirios, rosas y hasta begonias. En la parte trasera había una terraza cubierta por una linda tejavana, era el sitio ideal donde poder leer en compañía de una refrescante bebida o poder dormir la siesta arropado por el sol de verano. Debajo, donde el sol radiaba durante todo el día, tenían una pequeña huerta donde vivían una multitud de vegetales plantados. Calabazas y albahaca, que componían los principales platos de la A, dotándoles de un olor naranja y un color de primavera. También tenían cardos y cebollas, pimientos y peyote, lechugas, tomates y demás hortalizas. Por las tardes la O y la U salían a pasear al jardín, se perdían entre el olor de las petunias y pensamientos plantados por ellos mismos. Solían tener largas charlas sobre el espacio, la luna, sus órbitas y demás temas relacionados con el estudio del cosmos. Tanto se ensimismaban en sus pláticas que olvidaban la hora de cenar y la E desde la ventana de la cocina les tenia que gritar para advertirles que la comida ya estaba apunto. Tenían un precioso desván habitado por multitud de murciélagos, y grandes cantidades de trastos viejos con sombreros de polvo a los que rara vez daban uso.

Enfrente de su casa, al otro lado de la avenida Palabra residía una familia muy feliz, posiblemente la más feliz del pueblo, y quizás del mundo. Allí entre crisantemos y hortensias vivían la C y la H, en una casa grande con muchas habitaciones. Eran una pareja feliz, cordial y humanitaria, se conocieron hace muchos años, ni si quiera ellos mismos recuerdan hace cuánto. Ella era una cariñosa y calmada ama de casa, siempre estaba atareada en las labores del hogar, además era una experta cocinera, que dominaba no solo la cocina autóctona sino las de muchos países más. Tenía una buena relación con sus parientes E e I, en cambio le costaba trabajo hablar con las demás, A, O y U, aun así, se esforzaba en dialogar siempre que surgía la ocasión. Él era el herrero del pueblo, un simpático y honrado trabajador mudo, que estaba todo el día en su taller arreglando las herramientas y demás cosas para el resto del pueblo. Los dos se querían con locura y tenían una hija en común, la pequeña CH, una chiquilla muy revoltosa siempre de un lado para otro, comiendo chucherías.

Cerca de la plaza Frase, se alzaba una antigua pero linda casona, abrazada por millares de enredaderas que la hacían un lugar siniestramente bello. Allí vivía la F, un fantástico y fanfarrón filósofo, que en sus ratos libres escribía libros y poemas. Siempre vestía esa larga gabardina negra, vieja y arrugada, que junto con la barba y unas redondas gafas maquillaban su cara. La casa tenía una especie de torre, allí era donde se aislaba, en una ficticia penumbra, para escribir. Era un cuarto pequeño y oscuro, decía que la fuerte oscuridad le inspiraba, pues sus relatos siempre estaban dotados de fantástica fantasía y ficticia ficción. Al verle allí arriba, solitario y oscuro, se contaban viejas leyendas urbanas sobre él a las pequeñas minúsculas. En todas ellas aparecía la F como un siniestro fantasma, fiel a su torre pero de los que paseaban por las noches arropados por la fantasmagórica bruma marítima.

Al final del pueblo, en la calle Coordenadas, vivían las hermanas X, Y, Z, las cuales eran conocidas como “Las Incógnitas”. Eran muy amigas y pasaban la mayor parte del tiempo haciendo multitud de cálculos matemáticos, grotescos y con poco sentido para el resto de letras. Siempre andaban juntas, aunque en ocasiones estaban solo la X y la Y, mientras la Z se quedaba durmiendo.

Una tarde lluviosa y fría, tan oscura que ni el sol se atrevió a salir, las vocales decidieron pasar la tarde en el bar, refugiándose de la penumbra. Allí estaban, las 5 reunidas, al calor de unos cafés que tan bien preparaba la B, el barman, que junto a su mujer la V dirigían con soltura el bar del pueblo. En la mesa del fondo estaban los hermanos M y N, que eran huérfanos y parecía que hubiesen alquilado la tristeza de por vida, ya que, siempre se les veía melancólicos y entristecidos. Estaban en ese rincón, discutiendo sobre algo importante, o eso se hacia ver debido al tono de sus melindrosas voces. Las vocales estaban entretenidas contándose sus cosas, abrumadas por cada nuevo comentario, riendo con las gracias, pasando un buen rato y olvidando la tempestad.

Pasaron varias horas de aquella invernal tarde que trató de pasar inadvertida en un caluroso julio. B y V, detrás de la barra, sin mucho trabajo, se preguntaban por qué hoy no habría venido la W. La W era el simpático borracho del pueblo. Fue la afición que escogió casi desde niño, era alegre a pesar de todo y siempre tenía una alegre canción para amenizar a los parroquianos del bar. Vestido siempre con su vaso de whiskey con hielos, nunca se quitaba el hábito, quizás ni siquiera lo intentaba. Esa tarde no apareció, y la gente empezó a extrañarle. Los rumores sobre su posible desaparición fueron creciendo poco a poco, tanto crecieron que con sus brazos pudieron alcanzar incluso la mesa del fondo, donde estaban M y N. Se miraron fijamente, y acto seguido se levantaron mientras comentaban:

- Puede que no sea tan extraño, nuestra prima Ñ, el ermitaño, también ha desaparecido. Si, sé que se le veía muy poco, pero mi hermano y yo estamos muy preocupados.- Estaban en lo cierto, la Ñ era un ermitaño que aparecía en contadas ocasiones, era un primo lejano de M y N. Siempre estaba encerrado en su casa de la playa, con su sombrero, en soledad, huyendo como loco de la compañía, del calor de otro más, incluso evitaba a menudo su propia sombra.

- Bueno, bueno, tranquilizaros,-dijo en tono conciliador la B- no será nada, seguramente estén refugiados en algún lugar debido a la lluvia, veréis como cuando se pase el temporal, vienen aquí corriendo y vistiendo grandes sonrisas.

Todos quedaron bastante tranquilos con la explicación de B, y retomaron las antiguas conversaciones que la angustia les quitó de golpe.

Al día siguiente ya no había rastro de las nubes ni de la tempestad, el viento del sur se las llevó lejos, posiblemente para no traerlas más. Esa noche el viento había soplado con mucha fuerza, tanto, que la gente pensó que junto con las nubes también había arrastrado la W y la Ñ, en sus vaivenes. La preocupación fue creciendo a medida que el sol subía hasta el punto más alto del pueblo. Todos se echaron a las calles, en busca de las letras perdidas, que no aparecían por ninguna parte, parecía que la madre Tierra se las hubiese tragado. Buscaron por aquí y por allá, incluso se atrevieron a ir más allá, para buscarlas, pero la suerte no les acompañó, era como si hubiese abandonado el pueblo. Esa misma tarde se reunieron en el bar, allí trataron de esclarecer este escabroso asunto.

-Seguramente sea una broma de la W, siempre está alegre y haciendo chistes, indudablemente este tipo de broma tendría su sello.- dijo con gran voz la O.

- No opino igual, mi primo es muy raro, siempre está solo, incluso se nota que es un ermitaño, pero nunca haría nada que nos pudiese preocupar. Estamos muy unidos a pesar de todo.-Dijo la M.

Acto seguido se formó un tenaz murmullo, la B pidió calma.

-Calma, calma, tengo una idea, vayamos a la casa de K, es bastante amigo de la W seguramente él sabrá algo- comentó alguien.

La K, era un solitario, un vagabundo, vestía una chaqueta de cuero marrón, pantalones de pana beiges y unas desgastadas katiuskas negras. Perpetuamente acompañado de su petaca de vodka, siempre bajo su dulce amargor, encadenado a su tristeza. Era muy solitario y su compañía era su sombra, se le veía poco por el pueblo, y casi nunca en compañía de otras gentes, salvo con la W. Vivía solo en el monte en una cueva, se alimentaba de la comida que plantaba en su huerta. Ésta era bastante grande, con muchas frutas y verduras, pero sobre todo le encantaba el kiwi, algo que compartía gustoso con la W. Por cosas del destino los dos eran solitarios, pero pasaban muchos ratos juntos. La K siempre estaba navegando por el mar de su soledad, con la bebida como salvavidas y solo encontró felicidad en esta maravillosa isla. Donde a pesar de ser “el extranjero” las demás letras lo querían y respetaban. Hasta su casa fueron la B y los hermanos M y N. Se pararon justo enfrente de su cueva, su refugio y gritaron para llamar su atención.

-KKKKKKKKKKK- bramó con fuerza la B. La M y la N, estaban demasiado preocupadas para gritar.

-Oh!! Letras por aquí, a que debo vuestra simpática presencia- dijo él con su conocida voz rota.

-Sabemos que eres muy amigo de la W, eres el único que la conoce de verdad. No le he visto por mi bar, quería saber si sabías algo, si había estado contigo estos últimos días.

-Y también ha desaparecido nuestro primo, estamos preocupados- Dijo M entre lamentos

-La verdad es que, hace tiempo que no viene por aquí, y es la primera vez que echo a alguien de menos. No se donde puede estar, siempre fue reservada.- Se quedó unos segundos cabizbajo con al mirada pérdida- Pero, espera, hace un par de días vi a un extraño hombre trajeado al oeste de la ciudad, desembarcó en la playa Texto. Al principio no le di más importancia, pensé que estaría de paso, como tantos visitantes que tenemos. Pero ayer volví a verlo, hasta se acomodó en el viejo faro.

-Bueno esta noche, con el silencio de la oscuridad me acercaré hasta allí a ver si descubro algo.-Dijo valientemente la B.

-Te acompaño, todo esto me intriga tanto que no siento tentaciones de beber en soledad- Comento con una alegría fuera de lo normal la K.

La oscuridad conquistó el pueblo una noche más. Estaba calmada y silenciosa, en un intento de ayudar a las letras la noche encendió un montón de estrellas a modo de linternas. Sigilosamente la B y la K se acercaron poco a poco, pasito a pasito, sin intenciones de alertar. La espesura de la vegetación en esa zona de la montaña era alta, y costaba trabajo hasta caminar. Se acercaron lo suficiente para ver su barco, decidieron no hacerlo más, ya que, se apreciaba una tenue luz en el faro, y algún que otro ruido perdido. Observaron el barco, en su proa se podía leer “Sord-O-Mudo”. Creyeron que era suficiente información por ahora, y se marcharon enseguida, no querían alertar al curioso personaje.

Al día siguiente, con esa información la B y la K decidieron visitar a la S, si alguien podía interpretar ese nombre sin duda era ella, muy sabía e increíblemente lista. Le encantaba leer y tenía conocimientos de un montón de cosas, ciencia, física, historia, arte…esa tarde la llamaron para que acudiese al bar. Estaban reunidos los más notables, B, K, M y N. Discutiendo sobre ese nombre, a nadie le recordaba a nada, ni siquiera sabían su significado. La S, estudió ese nombre, le resultaba lejanamente familiar, sabía que en alguna ocasión había leído ese nombre, pero cuándo, dónde, en qué libro, eran preguntas por resolver, incógnitas que nublaban su mente. Entretanto vino el doctor del pueblo, la D, y dijo que hoy tenía consulta con varias letras y nadie había pasado a verle. Esperaba a la J, que era el marido de la G, también a la H, ambos iban a hacerse unas pruebas caligráficas rutinarias. Ninguno de ellos pasó esa mañana por la consulta, y nadie los había visto en todo el día. Todos se asustaron bastante, ya eran demasiadas las letras que habían desaparecido. Llamaron enseguida a la A, era la alcaldesa, aparte de ser la más anciana del lugar, pidieron su consejo para saber qué hacer, para saber cómo afrontar esta situación tan desagradable.

- Bueno, lo que ha acontecido estos anteriores días, es muy anormal, estoy muy preocupada y agitada. Creo que es primordial saber quién es ese tipo tan extraño de la playa Texto. S, tu ve a casa de la F, buscad a fondo en su antigua biblioteca, seguro que encontrareis algo interesante. Impondremos un toque de queda en el pueblo, en cuanto nuestra Luna querida venga a visitarnos nos iremos a casa y cerraremos todas las puertas y cerrojos. También si es posible me gustaría contar con un par de valientes para que mantengan vigilado al tipo ese. Cuento con vosotros B y K. Recordad no salgáis nunca solos y bajo ningún concepto abandonéis la ciudad.

Antes de poder terminar su discurso entró la Z, temblando, tiritaba como una gota a punto de caer. Estaba muy pálida, raro en ella, le costaba articular las palabras. Tras unos intensos segundos logró hablar:

-Mi… mi hermana X, ha… ha desaparecido…no está, ha desaparecido.

- ¿Estás segura?

- Sí, sí, estoy completamente segura. Esta mañana me he levantado para desayunar y no estaba, y siempre desayunamos juntas. Y hoy no ha aparecido. La Y y yo le hemos buscado por todo el pueblo y ni rastro de ella.-Dijo la Z que a pesar de que se había calmado bastante, seguía un poco intranquila.

- Vaya, la situación es peor de lo que pensaba, ya nos faltan la W, Ñ, J, H y además la X. –Comentó la B.

La S fue a ver la F, estaba seguro que ese viego filósofo tendría en su antigua biblioteca alguna información al respecto. Le abrió la puerta fumando una gran pipa, tras una leve cortina de umo se apreciaba una larga barba vestida con gafas. Después de unas breves esplicaciones bagaron guntos a su pequena biblioteca del sótano. Era una pequena salita de estilo gótico, en la que, entre columnas y antorchas descansaban en altas estanterías un centenar de libros. La gran mayoría viegísimos, escritos en antiguas lenguas, donde no se apreciaba ningún pariente conocido. Estuvieron allí durante unas oras más lentas de lo normal, que parecían que estaban tan viegas y cansadas que no iban a tiempo normal. La P, mayordomo de F, bagó a la biblioteca con una pequena bandega plateada.

-Amo F, senorita S - Se inclinó con una leve y elegante reverencia.- Llevan aquí largo rato y me e tomado la libertad de traerles un ligero tentempié. Unas infusiones de frutas y unas delicias de salmón, que yo mismo e preparado, les ayudará a recuperar las fuerzas. Espero no aberme estralimitado en mis funciones ni aberlos molestado. Senor si me lo permite me retiro a mis aposentos.

-Muchas gracias, en este momento tan importante, a la F y a mi persona nos viene bien recuperar las fuerzas. Gracias de nuevo- contestó amablemente la S.

-Sí, gracias P, te puedes retirar a tus aposentos- Le ordenó la F.

Después de degustar el frugal y sano aperitivo, siguieron con su búsqueda de información. Tras unas diminutas oras, estas al contrario que las otras abían acelerado el ritmo y pasaron casi de largo, la F encontró un libro de istoria antigua. “Istoria Antigua: de antes del nacimiento de las letras” era su título, le pareció bastante interesante y decidieron echarle un vistazo. Encontraron muchísima información del tiempo anterior a su época, los primeros ombres, las civilizaciones antiguas antes de las letras, primeros emperadores… La F dio un fugaz vistazo a esto último y de pasada leyó: El Gran Emperador Don Sord-O-Mudo: Su vida, Su reinado y Su esilio.

Empezó a leer con ganas, se turnaron cuando fue necesario y no cerraron los ogos por nada. Descubrieron multitud de cosas importantes sobre Don Sord-O-Mudo. Una época en la que nadie podía ablar, en un tiempo donde no se conocían las letras toda la comunicación era mediante gestos. A pesar de parecer difícil se entendían perfectamente. Él fue un gran rey de su pueblo, sabio, razonable y muy poderoso que reinó con valentía desde goven. Pronto descubrió, que en esa época que todo se acia mediante gestos, era el único que tenía la capacidad de ablar. A los demás les pareció una locura algo de brugería, fruto de fugaces enagenaciones mentales que solía tener a menudo. Por eso le cortaron la lengua y degaron sordo, además fue esiliado de su tierra natal para siempre. Se fue asta una oscura cueva, en ese esilio, arto de la soledad e incomunicación, comenzó a trazar dibugos en la pared de su cueva. Recordó su capacidad para producir sonidos y transformó eso estravagantes sonidos en dibugos legibles, él fue el creador de nuestro lenguage tal y como oy lo conocemos.

-Vaya que istoria tan interesante y complega. Parece ser entonces que él es nuestro creador.- Digo la F con una gran sorpresa. La S no pudo sino asentir con gesto de asombro.

Entretanto las demás letras se volvieron a reunir en el bar del pueblo. El toque de queda se abía impuesto con el consentimiento de todos y se cumplía con rigurosidad. Asimismo, nadie andaba en soledad por las calles y se vigilaban los unos a otros. Eran tiempos difíciles en el pueblo, una época que les toco vivir, y en la que, sin ayuda de nadie, la tenían que resolver. Abían sufrido catástrofes peores y supieron reponerse para salir airadamente. En el bar algunas voces se elevaban con facilidad por encima de otras.

-¡Creo que tenemos que ir a por él, ay que capturarlo! Se me ocurre que podríamos ponerle un cebo, cuando él se acerque le lanzaremos una red, y quedará capturado.- Sugirió la B

- Tengo una idea megor, para venir asta aquí tiene que atravesar el viego puente. Entonces, podemos acer que el puente entre en resonancia cuando pase, él no oirá los ruidos y no notará nada estrano. Después montaremos abago un tobogán que le conduzca asta una red.-Esplicaba la A.

Fueron rápidos asta el puente para preparar la trampa. Era pleno día por lo que, dudaban que Don Sord-O-Mudo fuese a la ciudad. Era algo que degaba para las frías noches, aprovechando sus sombras para ocultarse. Gunto al puente, ocultos entre la maleza reinante, pusieron sendos altavoces, uno a cada lado, a su vez, debago de éste, colocaron un entramado de toboganes y una red. La trampa era bastante ingeniosa y creían fuertemente que daría resultado. La K y la A se quedaron gunto al puente, una a cada lado, para producir los ruidos que arían que el puente entrase en resonancia. Las demás volvieron a la ciudad a esperar la captura.

La noche se echó encima del pueblo con su bruma una vez más, miles de estrellas la iluminaban en lo alto. Don Sord-O-Mudo salió de su casa y se dirigió acia la ciudad con la intención de capturar alguna letra desorientada en la traicionera oscuridad. Cruzó el puente y cuando se encontraba a medio camino la K y la A comenzaron a acer ruidos, Sord-O-Mudo no se inmutó y continuó su camino, pero de pronto el puente se quebró y este cayó. Don Sord-O-mudo ya estaba capturado.

Al día siguiente con la seguridad que les daba su amigo el Sol, se reunieron en la plaza Frase alrededor de la gaula que contenía a Sord-O-Mudo, para ver que podían acer con él. En ese momento llegaron la F y la S y contaron la istoria que abían encontrado en los antiguos libros. Tras esa istoria, en la que la atmósfera del pueblo se undió en un triste y amargo mar de lágrimas, las letras decidieron, a pesar de que las abía intentado secuestrar, intentar ayudarle. Era su creador y le debían mucho respeto. Él no podía ablar porque le abían cortado la lengua, así que, sus cuerdas vocales no podían cantar los nombres de las letras para poder dialogar. La única forma de comunicarse con él era escrita. Pronto, viendo la buena voluntad de las letras, las llevó a todas al viego faro, donde ellas pensaban que seguirían secuestradas las demás. Durante el camino, Don Sord-O-Mudo se percató de la ausencia de las letras J, H, W, Ñ y X por lo que pronto pudo comprender cual era el motivo de la indignación que sufrían. Al llegar al faro, se dieron cuenta de que no se encontraban allí sus amigas. No abían sido secuestradas, sino que la malvada bruga Borragoma de la que ablaban las antiguas leyendas, había acabado con sus compañeras. Entonces Don Sord-O-Mudo, al ver la frustración de sus queridas ijas, volvió a crearlas como antaño lo iciera en aquella oscura cueva.

Una vez todas juntas de nuevo, felices y contentas decidieron organizar una gran fiesta. A pesar que Don Sord-O-Mudo no era una letra se convirtió en uno más del pueblo, y como creador fue convertido en el nuevo alcalde por votación popular. Él mismo acudió en persona, con sus trajes de gala a la fiesta de celebración. Fue la fiesta de unión, de la amistad, incluso se vio reír y conversar a la Ñ, como si fuese una más, olvidando su penurias. La K bajó de su cueva para unirse a todas, al igual que la W, ambos dejaron sus botellas aparcadas esa noche, bebiendo solamente agua y algún que otro distraído jugo de frutas. Todas las vocales salieron de casa con sus gorras “Tilde” puestas, querían hacerse notar en la fiesta. La celebración se fue alargando hasta que el Sol con su alegre sonrisa les dio los buenos días. Entonces se fueron todas a dormir, estaban cansadas, pero muy felices al encontrarse todas juntas otra vez como en los viejos tiempos.

Y esta es la asombrosa y fantástica historia de este abecedario, un abecedario cualquiera, con sus simpáticas letras, con sus inverosímiles vivencias. Sin duda les debo mucho, sin ellas esta historia no hubiese sido posible. También quiero dar las gracias a Don Sor-O-Mudo, él fue el creador de las letras que tan buenos ratos nos han dado. Además volvió a crear las letras desaparecidas, pues de no ser así, me hubiese sido imposible terminar este relato. Al mismo tiempo, palabras tan bonitas y rimbombantes como: sexagenario, yuxtaposición, xilófono, jurisprudencia… no se volverían a escuchar jamás.